Casa Vieja es una joya rural con alma propia, construida sobre la antigua vivienda de un molino de aceite. Sus suelos de piedra centenaria, junto con las escaleras originales y el patio empedrado, transportan a otra época, ofreciendo una atmósfera auténtica y acogedora. La casa, amplia y luminosa, cuenta con cuatro habitaciones, tres baños, un gran salón-comedor presidido por una chimenea y una cocina completamente equipada.
En el exterior, la vida se disfruta al aire libre: el patio de piedra se abre a una terraza perfecta para compartir comidas, con barbacoa y rincones sombreados por la vegetación, que aportan frescor y serenidad. La piscina privada, rodeada de calma y verdor, invita a relajarse bajo el sol o a contemplar las estrellas en las noches tranquilas.
Casa Vieja no es solo un alojamiento, sino un lugar donde se respira historia, naturaleza y la paz que solo ofrecen las casas grandes con esencia y carácter.
Importante
Debido a sus suelos de piedra y escaleras antiguas, la casa no es apta para personas con movilidad reducida ni para personas mayores.